Domingo de Resurrección 2019 ¡Jesús vive!
Dr. Joanna Walker
Part of Dr. Joanna Walker
April 21, 2019

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Mateo 27:11-14 (NVI)
Jesús ante Pilato
11 Mientras tanto, Jesús compareció ante el gobernador, y este le preguntó:
—¿Eres tú el rey de los judíos?
—Tú lo dices —respondió Jesús.
12 Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los ancianos, Jesús no contestó nada.
13 —¿No oyes lo que declaran contra ti? —le dijo Pilato.
14 Pero Jesús no respondió ni a una sola acusación, por lo que el gobernador se llenó de asombro.

(Isaías 53:7 (NVI) 7 Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca.)

Mateo 27:15-26 (NVI)
15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba soltar un preso que la gente escogiera. 16 Tenían un preso famoso llamado Barrabás. 17-18 Así que cuando se reunió la multitud, Pilato, que sabía que le habían entregado a Jesús por envidia, les preguntó:
—¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?
19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».
20 Pero los jefes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud a que le pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús.
21 —¿A cuál de los dos quieren que les suelte? —preguntó el gobernador.
—A Barrabás.
22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo?
—¡Crucifícalo! —respondieron todos.
23 —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?
Pero ellos gritaban aún más fuerte:
—¡Crucifícalo!
24 Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente.
—Soy inocente de la sangre de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
25 —¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! —contestó todo el pueblo.
26 Entonces les soltó a Barrabás; pero a Jesús lo mandó azotar, y lo entregó para que lo crucificaran.

Isaías 52:14 (NVI)
14 Muchos se asombraron de él,[a]
pues tenía desfigurado el semblante;
¡nada de humano tenía su aspecto!

Isaías 53:5 (NVI)
5 Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.

1 Pedro 2:24 (NVI)
24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han si do sanados.

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Mateo 27:27-31 (NVI)
Los soldados se burlan de Jesús
27 Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio[a] y reunieron a toda la tropa alrededor de él. 28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata. 29 Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo:
—¡Salve, rey de los judíos!
30 Y le escupían, y con la caña le golpeaban la cabeza. 31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.

(Isaías 50:6 (NVI) 6 Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba; ante las burlas y los escupitajos no escondí mi rostro)

Mateo 27:32-34 (NVI)
La crucifixión
32 Al salir encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón, y lo obligaron a llevar la cruz. 33 Llegaron a un lugar llamado Gólgota (que significa «Lugar de la Calavera»). 34 Allí le dieron a Jesús vino mezclado con hiel; pero, después de probarlo, se negó a beberlo.

(Salmos 69:21 (NVI) 21 En mi comida pusieron hiel; para calmar mi sed me dieron vinagre.)

Mateo 27:36-44 (NVI)
3
6 Y se sentaron a vigilarlo. 37 Encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena: «Este es Jesús, el Rey de los judíos». 38 Con él crucificaron a dos bandidos,[a] uno a su derecha y otro a su izquierda. 39 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él:
40 —Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! ¡Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz!
41 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes, junto con los maestros de la ley y los ancianos.
42 —Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! ¡Y es el Rey de Israel! Que baje ahora de la cruz, y así creeremos en él. 43 Él confía en Dios; pues que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”?
44 Así también lo insultaban los bandidos que estaban crucificados con él.

Lucas 23:39-43 (NVI)
39 Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo:
—¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!
40 Pero el otro criminal lo reprendió:
—¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena? 41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; este, en cambio, no ha hecho nada malo.
42 Luego dijo:
—Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43 —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.

Juan 19:25-27 (NVI)
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la esposa de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al discípulo a quien él amaba, dijo a su madre:
—Mujer, ahí tienes a tu hijo.
27 Luego dijo al discípulo:
—Ahí tienes a tu madre.
Y desde aquel momento ese discípulo la recibió en su casa.

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Mateo 27:45-46(NVI)
Muerte de Jesús
45 Desde el mediodía y hasta la media tarde[a] toda la tierra quedó en oscuridad. 46 Como a las tres de la tarde,[b] Jesús gritó con fuerza:
—Elí, Elí,[c] ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”)

(Isaías 53:10-12 (NVI)
10 Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir,
y, como él ofreció[a] su vida en expiación,
verá su descendencia y prolongará sus días,
y llevará a cabo la voluntad del Señor.
11 Después de su sufrimiento,
verá la luz[b] y quedará satisfecho;
por su conocimiento
mi siervo justo justificará a muchos,
y cargará con las iniquidades de ellos.
12 Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes,
y repartirá el botín con los fuertes,
porque derramó su vida hasta la muerte,
y fue contado entre los transgresores.
Cargó con el pecado de muchos,
e intercedió por los pecadores.)

Mateo 27:45-55(NVI)
Muerte de Jesús
45 Desde el mediodía y hasta la media tarde[a] toda la tierra quedó en oscuridad. 46 Como a las tres de la tarde,[b] Jesús gritó con fuerza:
—Elí, Elí,[c] ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).[d]
47 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban allí dijeron:
—Está llamando a Elías.
48 Al instante uno de ellos corrió en busca de una esponja. La empapó en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera. 49 Los demás decían:
—Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
50 Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza, y entregó su espíritu.
51 En ese momento la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas. 52 Se abrieron los sepulcros, y muchos santos que habían muerto resucitaron. 53 Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
54 Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron:
—¡Verdaderamente este era el Hijo[e] de Dios!
55 Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle.

Juan 19:31-37(NVI)
31 Era el día de la preparación para la Pascua. Los judíos no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz en sábado, por ser este un día muy solemne. Así que le pidieron a Pilato ordenar que les quebraran las piernas a los crucificados y bajaran sus cuerpos. 32 Fueron entonces los soldados y le quebraron las piernas al primer hombre que había sido crucificado con Jesús, y luego al otro. 33 Pero, cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, 34 sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua. 35 El que lo vio ha dado testimonio de ello, y su testimonio es verídico. Él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. 36 Estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán ningún hueso»[a] 37 y, como dice otra Escritura: «Mirarán al que han traspasado»

Salmos 22:1-2, 6-8, 14-18 (NVI)

1 Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
Lejos estás para salvarme,
lejos de mis palabras de lamento.
2 Dios mío, clamo de día y no me respondes;
clamo de noche y no hallo reposo.

6 Pero yo, gusano soy y no hombre;
la gente se burla de mí,
el pueblo me desprecia.
7 Cuantos me ven, se ríen de mí;
lanzan insultos, meneando la cabeza:
8 «Este confía en el Señor,
¡pues que el Señor lo ponga a salvo!
Ya que en él se deleita,
¡que sea él quien lo libre!»

14 Como agua he sido derramado;
dislocados están todos mis huesos.
Mi corazón se ha vuelto como cera,
y se derrite en mis entrañas.
15 se ha secado mi vigor como una teja;
la lengua se me pega al paladar.
¡Me has hundido en el polvo de la muerte!
16 Como perros de presa, me han rodeado;
me ha cercado una banda de malvados;
me han traspasado[a] las manos y los pies.
17 Puedo contar todos mis huesos;
con satisfacción perversa
la gente se detiene a mirarme.
18 Se reparten entre ellos mis vestidos
y sobre mi ropa echan suertes.

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Mateo 27:57-61(NVI)
Sepultura de Jesús
57 Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús, y Pilato ordenó que se lo dieran. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad que había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, y se fue. 61 Allí estaban, sentadas frente al sepulcro, María Magdalena y la otra María.

Juan 19:39-40 (NVI)
39 También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, llegó con unos treinta y cuatro kilos[a] de una mezcla de mirra y áloe. 40 Ambos tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a la costumbre judía de dar sepultura, lo envolvieron en vendas con las especias aromáticas.

Mateo 27:62-66 (NVI)
La guardia ante el sepulcro
62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato.
63 —Señor —le dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”. 64 Por eso, ordene usted que se selle el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se roben el cuerpo y le digan al pueblo que ha resucitado. Ese último engaño sería peor que el primero.
65 —Llévense una guardia de soldados —les ordenó Pilato—, y vayan a asegurar el sepulcro lo mejor que puedan.
66 Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra, y lo sellaron; y dejaron puesta la guardia.

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Mateo 28:1-8(NVI)
La resurrección
28 Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro.
2 Sucedió que hubo un terremoto violento, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como el de un relámpago, y su ropa era blanca como la nieve. 4 Los guardias tuvieron tanto miedo de él que se pusieron a temblar y quedaron como muertos.
5 El ángel dijo a las mujeres:
—No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. 7 Luego vayan pronto a decirles a sus discípulos: “Él se ha levantado de entre los muertos y va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán”. Ahora ya lo saben.
8 Así que las mujeres se alejaron a toda prisa del sepulcro, asustadas pero muy alegres, y corrieron a dar la noticia a los discípulos.

Juan 20:1-10 (NVI)

El sepulcro vacío
20 El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada. 2 Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
—¡Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto!
3 Pedro y el otro discípulo se dirigieron entonces al sepulcro. 4 Ambos fueron corriendo, pero, como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro. 5 Inclinándose, se asomó y vio allí las vendas, pero no entró. 6 Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Vio allí las vendas 7 y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús, aunque el sudario no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. 8 En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. 9 Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar.
Jesús se aparece a María Magdalena
10 Los discípulos regresaron a su casa,

Juan 20:11-18 (NVI)
11 pero María se quedó afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, 12 y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
13 —¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles.
—Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto —les respondió.
14 Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. 15 Jesús le dijo:
—¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo:
—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él.
16 —María —le dijo Jesús.
Ella se volvió y exclamó:
—¡Raboni! (que en arameo significa: Maestro).
17 —Suéltame,[a] porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes”.
18 María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. «¡He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho.

Mateo 28:11-15 (NVI)
El informe de los guardias
11 Mientras las mujeres iban de camino, algunos de los guardias entraron en la ciudad e informaron a los jefes de los sacerdotes de todo lo que había sucedido. 12 Después de reunirse estos jefes con los ancianos y de trazar un plan, les dieron a los soldados una fuerte suma de dinero 13 y les encargaron: «Digan que los discípulos de Jesús vinieron por la noche y que, mientras ustedes dormían, se robaron el cuerpo. 14 Y, si el gobernador llega a enterarse de esto, nosotros responderemos por ustedes y les evitaremos cualquier problema».
15 Así que los soldados tomaron el dinero e hicieron como se les había instruido. Esta es la versión de los sucesos que hasta el día de hoy ha circulado entre los judíos.

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Juan 20:19-23 (NVI)
Jesús se aparece a sus discípulos
19 Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.
—¡La paz sea con ustedes!
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.
21 —¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
22 Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo:
—Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.

Juan 20:24-29 (NVI)
Jesús se aparece a Tomás
24 Tomás, al que apodaban el Gemelo,[a] y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. 25 Así que los otros discípulos le dijeron:
—¡Hemos visto al Señor!
—Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás.
26 Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.
—¡La paz sea con ustedes!
27 Luego le dijo a Tomás:
—Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.
28 —¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.
29 —Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin embargo creen.

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Mateo 28:16-20 Nueva Versión Internacional (NVI)
La gran comisión
16 Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña que Jesús les había indicado. 17 Cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban. 18 Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo:
—Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.

Marcos 16:15-18(NVI)
15 Les dijo: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura.[a] 16 El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado. 17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; 18 tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud»

Lucas 24:44-49 (NVI)
44 —Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.
45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras.
46 —Esto es lo que está escrito —les explicó—: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día, 47 y en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. 48 Ustedes son testigos de estas cosas. 49 Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre; pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.

Cristo asciende a la diestra de Dios

Marcos 16:19-20 (NVI)
19 Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. 20 Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.

Lucas 24:50-53(NVI)
La ascensión
50 Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo. 51 Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo. 52 Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría. 53 Y estaban continuamente en el templo, alabando a Dios.

1 Corintios 15:3-8 (NVI)
3 Porque ante todo[a] les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, 4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, 5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. 6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. 7 Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, 8 y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.

1 Corintios 15:12-14  (NVI)
La resurrección de los muertos
12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? 13 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. 14 Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes.

1 Corintios 15:16-18 (NVI)
16 Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17 Y, si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo.

1 Corintios 15:20-22 (NVI)
20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. 21 De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. 22 Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir,

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