Descansando En La Promesa
Pastor Pedro Hernandez
Part of Pastor Pedro Hernandez
October 29, 2023

Romans 8:28(RVA)

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Piensa por un momento en los desafíos que has enfrentado, las pruebas que han puesto a prueba tu fe y los momentos en los que te sentiste abrumado por las circunstancias de la vida. Durante estas luchas, ¿alguna vez te has preguntado si hay algún propósito o significado detrás de ellas? ¿Son solo eventos aleatorios, o hay algo más grande en juego?

En estos momentos de cuestionamiento y duda, Romanos 8:28 brilla como un faro de esperanza. Nos recuerda que Dios no es distante ni indiferente a nuestro sufrimiento. En cambio, Él está íntimamente involucrado en cada aspecto de nuestras vidas, trabajando todo junto para nuestro bien final.

Hoy, exploraremos tres aspectos clave de Romanos 8:28 que nos darán aliento y esperanza a cada uno de nosotros. Primero, descubriremos que Dios tiene el control, incluso cuando la vida parece caótica. En segundo lugar, profundizaremos en la promesa de que todas las cosas cooperan para bien, incluso durante nuestras pruebas. Y tercero, entenderemos el significado de amar a Dios y cómo nos posiciona para experimentar el cumplimiento de esta promesa.

Dios tiene el control

Dirijamos nuestra atención al primer aspecto de Romanos 8:28, que nos asegura la soberanía inquebrantable de Dios sobre nuestras vidas. Al leer estas poderosas palabras escritas por el apóstol Pablo, se nos recuerda que “sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, los que han sido llamados conforme a su propósito”.

La vida está llena de desafíos e incertidumbres. Nos encontramos con reveses inesperados, decepciones y pruebas que pueden sacudir nuestra fe y hacernos cuestionar el plan de Dios. En esos momentos, es crucial recordar que no estamos solos en nuestras luchas. Servimos a un Dios que está al tanto de cada circunstancia que enfrentamos, y Él permanece en control, incluso cuando nuestras circunstancias parecen abrumadoras.

Es reconfortante saber que, independientemente de lo que enfrentemos (dificultades financieras, problemas de salud, relaciones rotas o cualquier otra prueba), Dios todavía tiene el control. Él ve el panorama general, y Sus propósitos se extienden mucho más allá de nuestras circunstancias inmediatas. Cuando entregamos nuestras vidas a Él, podemos confiar en que Él está trabajando activamente todas las cosas para nuestro bien, incluso cuando no podemos verlo ahora.

A lo largo de las Escrituras, encontramos numerosos ejemplos de la fidelidad de Dios al convertir las situaciones difíciles en algo bueno. Considere la historia de José, quien experimentó la traición de sus hermanos, fue vendido como esclavo y soportó años de encarcelamiento. Sin embargo, al final, Dios usó las pruebas de José para posicionarlo como un líder clave que salvó a su familia y a la nación de Egipto de la hambruna. Otro ejemplo es la vida de Job, quien sufrió grandes pérdidas y adversidades, pero finalmente fue testigo de la restauración de todo lo que había perdido. Estos relatos son poderosos recordatorios de que nuestras circunstancias no limitan a Dios, sino que pueden obrar milagros incluso en nuestras situaciones más difíciles.

Sabiendo que Dios tiene el control, exploremos el segundo aspecto de Romanos 8:28: la promesa de que todas las cosas cooperan para bien.

Todas las cosas trabajan juntas para el bien

Reflexionar sobre la frase “todas las cosas” en Romanos 8:28 revela la amplitud y profundidad de la promesa de Dios. Abarca todos los aspectos de nuestra vida, tanto los agradables como los dolorosos, los alegres y los tristes. Nada está fuera del alcance de la capacidad de Dios para obrar por nuestro bien final. Incluso durante las circunstancias más difíciles, podemos aferrarnos a la seguridad de que Dios está obrando, orquestando los acontecimientos de acuerdo con Su plan divino.

Es importante entender que la definición de Dios de “bueno” puede diferir de nuestra comprensión. Aunque a menudo asociamos el bien con la comodidad, el éxito y la gratificación inmediata, la perspectiva de Dios se extiende más allá de nuestros deseos temporales. Su definición del bien abarca nuestro crecimiento espiritual, el desarrollo de nuestro carácter y nuestros propósitos eternos. A veces, percibimos las dificultades o los contratiempos como oportunidades para que Dios nos moldee, refine nuestra fe y nos convierta en vasos para Su gloria.

Ahora que hemos obtenido una comprensión más profunda de la capacidad de Dios para hacer que todas las cosas sean para nuestro bien, exploremos el tercer y último aspecto de Romanos 8:28: el significado de amar a Dios.

Los que aman a Dios

Romanos 8:28 encuentra una condición adjunta a la promesa: una condición de amar a Dios. ¿Qué significa amar verdaderamente a Dios? Amar a Dios va más allá del mero sentimiento o afecto. Implica una relación profunda e íntima con Él, caracterizada por la obediencia, la confianza y la entrega. Cuando amamos genuinamente a Dios, nuestra perspectiva de la vida cambia. Comenzamos a ver nuestras circunstancias a través de Su amor y propósito.

Amar verdaderamente a Dios significa rendir nuestra voluntad a Su voluntad. Significa alinear nuestros deseos, planes y ambiciones con Sus propósitos divinos. Requiere dejar de lado nuestro entendimiento y confiar en Su sabiduría y guía. Cuando nos rendimos a Dios, nos posicionamos para experimentar la plenitud de Sus promesas, incluyendo la seguridad de que todas las cosas obrarán juntas para nuestro bien. Considera cómo puedes comenzar a profundizar tu amor por Dios hoy. Cultiva una vida de oración, buscando Su presencia y sabiduría en cada situación. Participe en una adoración sincera, expresando su amor y adoración por Él. Y lo más importante, esfuérzate por obedecer Su Palabra, porque Jesús dijo:

Juan 14:15

“Si me amáis, guardad mis mandamientos”.

En este viaje de amar a Dios, descubriremos el gozo y la satisfacción de alinear nuestros corazones con los suyos.

Con una comprensión más profunda de lo que significa amar a Dios, hemos explorado los tres aspectos clave de Romanos 8:28. Estos aspectos —el control de Dios, Su capacidad de hacer que todas las cosas sean para bien y la importancia de amarlo— tienen el poder de transformar nuestras vidas y traernos descanso en Su infalible agarre.

Conclusión

Al terminar nuestro tiempo juntos, reiteremos la seguridad y la esperanza que Romanos 8:28 trae a nuestras vidas. Esta poderosa promesa nos recuerda que Dios tiene el control, que Él puede hacer que todas las cosas cooperen para nuestro bien, y que aquellos que lo aman son los destinatarios de este plan divino. En un mundo lleno de incertidumbres y pruebas, Romanos 8:28 ofrece una base firme sobre la cual podemos pararnos.

Por lo tanto, mis queridos hermanos y hermanas, anímense a confiar en las promesas de Dios. Deja ir tus preocupaciones, ansiedades y dudas, y encuentra descanso en Su infalible agarre. Recuerde que Él siempre está obrando, incluso en medio de sus circunstancias más difíciles. Abraza Su soberanía, sabiendo que Él sostiene tu vida en Sus manos amorosas.

A medida que salimos de este lugar, y que nos aferremos a la promesa de Romanos 8:28 a lo largo de nuestra semana. Que sea una luz que guíe nuestras decisiones, una fuente de consuelo en nuestras pruebas y un recordatorio de la fidelidad de Dios. Vivamos cada día con la certeza de que nuestro Padre Celestial está obrando todas las cosas para nuestro mayor bien.