Éxodo 14
Part of Exodus Sermon Series
May 19, 2024

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Éxodo 14 // Pastor Chris Railey

El faraón iba acercándose. Cuando los israelitas se fijaron y vieron a los egipcios pisándoles los talones, sintieron mucho miedo y clamaron al Señor. Entonces le reclamaron a Moisés: “¿Acaso no había sepulcros en Egipto, que nos sacaste de allá para morir en el desierto? ¿Qué has hecho con nosotros? ¿Para qué nos sacaste de Egipto? Ya en Egipto te decíamos: ‘¡Déjanos en paz! ¡Preferimos servir a los egipcios!’ ¡Mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto!” —Éxodo 14:10-12

El principio de la sabiduría es el temor del Señor; buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre! —Salmo 111:10

¡Dios abrirá un camino donde parece que no hay manera de que vivas en victoria y libertad!

—No tengan miedo —les respondió Moisés—. “Mantengan sus posiciones, que hoy mismo serán testigos de la salvación que el Señor realizará en favor de ustedes. A esos egipcios que hoy ven, ¡jamás volverán a verlos! Ustedes quédense quietos, que el Señor presentará batalla por ustedes.” —Éxodo 14:13-14

Pero el Señor dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? ¡Ordena a los israelitas que se pongan en marcha!” —Éxodo 14:15

Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron y los israelitas lo cruzaron sobre tierra seca. El mar era para ellos una muralla de agua a la derecha y otra a la izquierda… En ese día el Señor salvó a Israel del poder de Egipto. Los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios tendidos a la orilla del mar. Y al ver los israelitas el gran poder que el Señor había desplegado en contra de los egipcios, temieron al Señor y creyeron en él y en su siervo Moisés. —Éxodo 14:21-22, 30-31

1. Quédate quieto

2. Ora por más del Espíritu Santo

3. Escucha a Dios para que te dé el siguiente paso

4. Haz lo que Él dice

5. ¡Vístete de la armadura de Dios!