
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir: “¡Cristo ya viene!” como si fuera una amenaza? O peor aún, ¿has notado cómo muchos cristianos pasan más tiempo especulando fechas y señales que viviendo con fidelidad diaria? Es curioso: nos preocupa saber cuándo volverá Jesús, pero olvidamos que lo importante no es predecir su regreso, sino estar listos para recibirlo como si fuera hoy. Jesús habló con claridad sobre su segunda venida y cómo debemos vivir mientras la esperamos.
»Un sirviente fiel y sensato es aquel a quien el amo puede darle la responsabilidad de dirigir a los demás sirvientes y alimentarlos. Si el amo regresa y encuentra que el sirviente ha hecho un buen trabajo, habrá una recompensa. Les digo la verdad, el amo pondrá a ese sirviente a cargo de todo lo que posee. ¿Pero qué tal si el sirviente es malo y piensa: “Mi amo no regresará por un tiempo” y comienza a golpear a los otros sirvientes, a parrandear y a emborracharse? El amo regresará inesperadamente y sin previo aviso, cortará al sirviente en pedazos y le asignará un lugar con los hipócritas. En ese lugar habrá llanto y rechinar de dientes. —Mateo 24:45-51
1. NO DEJES QUE SE TE ACABE EL ACEITE
»Entonces, el reino del cielo será como diez damas de honor que tomaron sus lámparas y salieron para encontrarse con el novio. 2 Cinco de ellas eran necias y cinco sabias. 3 Las cinco que eran necias no llevaron suficiente aceite de oliva para sus lámparas, 4 pero las otras cinco fueron tan sabias que llevaron aceite extra. 5 Como el novio se demoró, a todas les dio sueño y se durmieron. 6 »A la medianoche, se despertaron ante el grito de: “¡Miren, ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!”. 7 »Todas las damas de honor se levantaron y prepararon sus lámparas. 8 Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: “Por favor, dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando”. 9 »Sin embargo, las sabias contestaron: “No tenemos suficiente para todas. Vayan a una tienda y compren un poco para ustedes”. 10 »Pero durante el lapso en que se fueron a comprar aceite, llegó el novio. Entonces las que estaban listas entraron con él a la fiesta de bodas y se cerró la puerta con llave. 11 Más tarde, cuando regresaron las otras cinco damas de honor, se quedaron afuera, y llamaron: “¡Señor, señor! ¡Ábrenos la puerta!”. 12 »Él les respondió: “Créanme, ¡no las conozco!”. —Mateo 25:1-12
Las vírgenes sabias no solo esperaban al novio, sino que se aseguraron de tener suficiente aceite para que su lámpara permaneciera encendida hasta su llegada.
Para que el aceite sea puro y útil, pasa por un proceso de refinamiento. Lo mismo sucede con nuestra relación con Dios y con los demás. ¿Cómo puedo ser parte de ese proceso?
- Permite que Dios trabaje en tu
- Permite que
2. NO ESCONDAS LO QUE DIOS TE HA DADO
15 Lo dividió en proporción a las capacidades de cada uno. Al primero le dio cinco bolsas de plata; al segundo, dos bolsas de plata; al último, una bolsa de plata. Luego se fue de viaje.
24 »Por último se presentó el siervo que tenía una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó. 25 Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta”. —Mateo 25:15,24-25
¿Por qué escondemos nuestros talentos?
- Por miedo al fracaso: Pensamos que no somos lo suficientemente buenos y tememos equivocarnos, por lo que preferimos no intentarlo.
- Por comparación: Nos sentimos insuficientes al ver lo que otros hacen y creemos que nuestros dones no son tan valiosos.
- Por comodidad: Nos resulta más fácil quedarnos en nuestra zona de confort en lugar de arriesgarnos a servir o crecer en nuevas áreas.
- Por falta de compromiso: Dejamos de invertir en nuestros talentos porque estamos ocupados con otras prioridades y descuidamos lo que Dios nos ha dado.
3. MULTIPLICA LO QUE SE TE HA DADO
19 »Después de mucho tiempo, el amo regresó de su viaje y los llamó para que rindieran cuentas de cómo habían usado su dinero. 20 El siervo al cual le había confiado las cinco bolsas de plata se presentó con cinco más y dijo: “Amo, usted me dio cinco bolsas de plata para invertir, y he ganado cinco más”. 21 »El amo lo llenó de elogios. “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. 22 »Se presentó el siervo que había recibido las dos bolsas de plata y dijo: “Amo, usted me dio dos bolsas de plata para invertir, y he ganado dos más”. 23 »El amo dijo: “Bien hecho, mi buen siervo fiel. Has sido fiel en administrar esta pequeña cantidad, así que ahora te daré muchas más responsabilidades. ¡Ven a celebrar conmigo!”. —Mateo 25:19-23
En la misma parábola de los talentos, Jesús nos enseña que Dios espera que usemos y multipliquemos lo que nos ha dado. Los siervos que invirtieron lo que recibieron fueron recompensados con más.
No basta con solo proteger lo que Dios nos ha confiado; Él espera que lo hagamos crecer y dar fruto. Podemos multiplicarlo de las siguientes maneras:
- Siendo fieles en lo poco: Dios nos da oportunidades pequeñas para prepararnos para responsabilidades mayores. Si somos diligentes con lo que tenemos, Él nos confiará más.
- Invirtiendo en los demás: Cuando enseñamos y animamos a otros, estamos multiplicando lo que Dios nos ha dado.
- Siendo generosos: No solo con recursos materiales, sino con nuestro tiempo, habilidades y amor. La generosidad abre puertas para el crecimiento espiritual.
- Desarrollando nuestros dones: Practicar, estudiar y perfeccionar lo que Dios nos ha dado nos permite usarlo con excelencia.