
La salvación es liberación. Todas las religiones del mundo enseñan que necesitamos ser liberados, pero cada una tiene un entendimiento diferente de lo que necesitamos ser liberados, por qué necesitamos ser liberados, y cómo se puede recibir o lograr esa salvación. Sin embargo, la biblia deja muy claro que sólo hay un plan de salvación.
Romanos 6:22
“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
Lo más importante que hay que entender sobre el plan de salvación es que es el plan de Dios, no el plan de la humanidad. El plan de salvación de la humanidad consistiría en observar rituales religiosos, obedecer ciertos mandamientos o alcanzar ciertos niveles de iluminación espiritual. Pero ninguna de estas cosas son parte del plan de salvación de Dios.
¿Por qué?
En el plan de salvación de Dios, primero debemos entender por qué necesitamos ser salvos. En pocas palabras, necesitamos ser salvos porque hemos pecado. La biblia declara que todos han pecado
Eclesiastés 7:20
Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.
Romanos 3:23
por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
1 Juan 1:8
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Salmo 51:5
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
y la mayoría de las veces, escogemos pecar
El pecado nos aleja y nos separa de Dios. El pecado nos conduce al camino del mal y a la destrucción eterna. El pecado es rebelión contra Dios. Todos elegimos decididamente hacer cosas que están mal. El pecado daña a otros, nos daña a nosotros y, lo más importante, deshonra a Dios. La biblia también enseña que, debido a que Dios es santo y justo, no puede permitir que el pecado quede impune. El castigo por el pecado es la muerte
Romanos 6:23
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
y la separación eterna de Dios
Apocalipsis 20:11-15
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
Sin el plan de salvación de Dios, la muerte eterna es el destino de todo ser humano.
El Único que nos salva
En el plan de salvación de Dios, Dios mismo es el único que puede proveer para nuestra salvación. Somos totalmente incapaces de salvarnos a nosotros mismos debido a nuestro pecado y sus consecuencias. Dios se hizo un ser humano en la persona de Jesucristo. Jesús vino para darnos salvación y vida Eterna.
Juan 1:1
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan 1:14
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Romanos 5:9
“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira”.
Romanos 5:10
“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.
Efesios 2:5
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).
Tito 3:7
“para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”.
Efesios 2:4
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó.
1 Pedro 1:9
“obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”.
Jesús vivió una vida sin pecado
2 Corintios 5:21
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Hebreos 4:15
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
1 Juan 3:5
Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
y se ofreció a sí mismo como un sacrificio perfecto por nosotros
1 Corintios 15:3
Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
Colosenses 1:22
en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
Hebreos 10:10
En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
A que Jesús es Dios, Su muerte fue de valor infinito y eterno. La muerte de Jesucristo en la cruz pagó completamente por los pecados del mundo entero
1 Juan 2:2
Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
1 Pedro 2:24
Nuestro Señor Jesucristo fue “quien llevó Él mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”.
Romanos 5:8
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Su resurrección de entre los muertos demostró que Su sacrificio era en verdad suficiente y que la salvación está ahora disponible.
¿Como podemos recibir la salvación?
un hombre le preguntó al apóstol Pablo cómo ser salvo. La respuesta de Pablo fue: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”.
Hechos 16:30-31
> y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.
La manera de seguir el plan de salvación de Dios es creer. Ese es el único requisito
Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Efesios 2:8-9
> Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
9 no por obras, para que nadie se gloríe.
“La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo”
Tito 3:5
“nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,”.
Romanos 5:11
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación”.
Dios ha provisto para nuestra salvación por medio de Jesucristo. Todo lo que debemos hacer es recibirla, por fe, confiando plenamente sólo en Jesús como Salvador
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Ese es el plan de salvación de Dios.
Ya Dios ha hablado por medio de Su Palabra para que todos seamos salvos. El anhelo de Dios es que todos seamos salvos y gocemos de la Vida Eterna. Todos estamos corrompidos por el pecado y nacemos con el pecado.
Mucha gente asume que la salvación cristiana se limita a evitar el infierno. Ese es un aspecto innegable. Sin embargo, los beneficios de la salvación abarcan mucho más que eso. Ahora somos justificados y santificados. Por lo tanto, la salvación no es solo algo futuro o que evitemos el infierno. Nuestra salvación es una realidad presente y tiene beneficios ahora.
Romans 8:29-30
29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.