
»Entonces, si alguien les dice: “Miren, aquí está el Mesías” o “Allí está”, no lo
crean. Pues se levantarán falsos mesías y falsos profetas y realizarán grandes
señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos de Dios.
Miren, que les he advertido esto de antemano. »Por lo tanto, si alguien les dice:
“Miren, el Mesías está en el desierto”, ni se molesten en ir a buscarlo. O bien, si
les dicen: “Miren, se esconde aquí”, ¡no lo crean! —Mateo 24:23-26
El primer falso mesías de nuestro tiempo es “La Moda”
Las estrategias de la moda en las sociedades de consumo son:
1. Devaluar el significado de los “productos” en existencia.
2. Estimular los deseos del consumidor hacia nuevos “productos”
Hoy consideraremos otro falso Cristo de nuestros tiempos: “La Farándula”
En la sociedad del espectáculo existe una clara distinción entre los que miran y
los que son vistos, la farándula concentra todas las miradas en sí misma y a su vez se posiciona en las conciencias de los que la vigila.
En este tipo de vigilancia el poder se concentra en los que son vigilados no en
sus vigilantes. Su poder no se basa en la verdad sino en la seducción.
Las miradas que atrae la farándula son seducidas por sus conductas, sus
estilos, sus opiniones, sus gustos, sus familias, sus proyectos y sus vidas en
general.
Esa vigilancia no está orientada al pasatiempo únicamente sino a la imitación.
La farándula junto a la moda se levanta como uno de los dispositivos más
importantes de nuestra sociedad para construir la identidad de una persona.
Personas que van a la deriva de su identidad pidiendo a gritos referencias a
las cuales sujetarse. Personas que sufren la fragmentación constante de su
identidad luchan por tomarse de la imitación con manotazos de ahogados.
Sin embargo la identidad de la farándula no descansa en el deseo de
proporcionar genialidad, sino en el glamour de la fama. Ya que no hace falta
ser bueno, ni moral, ni ético, simplemente hay que aparecer.
Dios, que nos había creado a imagen y semejanza suya, y al que aspirábamos
imitar, es desechado por el ídolo del espectáculo. De tal manera que el fan
anhela la comunión con su ídolo al cual anhela semejarse y adorar.
En una vida sin Dios, los semi dioses aparecen en todas partes ejerciendo una
influencia abrumadora que captura la mente y el corazón debido a sus rasgos
“divinos”
Omnipresentes: siempre disponibles para ser vistos, presentes en todas
partes, influenciando a sus seguidores en todo lugar y en todo momento.
Omniscientes: siempre sapientes. habitualmente opinan de todas las cosas sin
ninguna preparación, y lo hacen como si la tuvieran.
¿Que opina del aborto?, ¿Que opina de los llamados “niños trans”?
Y aunque sus opiniones están sesgadas por la percepción y la ignorancia o
alguna corriente política o filosófica, son tomadas en cuenta como verdad.
Omnipotentes: siempre poderosos. Los fans atribuyen a la farándula una
libertad sin límites. Participan en todo y todo lo pueden obtener.
En esta divinización de la farándula encuentran una oportunidad las ideologías
de moda para llevar adelante su agenda: deconstruir a la familia, a la fe, el
género binario y todo lo que representa el diseño de Dios para la vida humana.
El dios falso que completa esta trinidad adolescéntrica es La digitalización
Cuando el mundo es superado por el medio que procura capturarlo, se vuelve
hiperrealidad. Lo virtual compite con lo real, y termina por hibridarse.
El mundo ya no basta, no es suficiente. Resulta demasiado pobre para las
posibilidades tecnológicas que se abren paso. Dando como resultado la
realidad virtual: mundos completamente diferentes al nuestro, diseñados por
computadora en los que podemos sumergirnos a través de tecnologías
inmersivas.
El problema no es el entretenimiento, es el paulatino abandono de la vida real,
para sumergirnos en un espacio totalmente virtualizado en el cual trabajar,
enamorarnos, estudiar, divertirnos y hacer transcurrir la vida mimados por un
mundo virtual “perfecto” que nos otorga la tan deseada identidad y sensación de diversión y felicidad sin límites.
En la sociedad adolescente en la que domina lo digital, todo debe ser divertido. Todas las actividades deben tener una gratificación inmediata.
La hiperrealidad nos invita a dejar de ser seres pensantes para convertirnos en seres superficiales ya que de esta manera, nos promete, escaparemos de nuestra realidad tan aburrida.
Por ejemplo: promete diseñar para nosotros paternidades divertidas con niños digitales creados por la inteligencia artificial que podrían ser obtenidos por una cuota mensual y no traer consigo todos los dolores de cabeza de un bebé real.
La digitalización junto a la vida de la farándula nos invita a hacer de nuestra propia vida un espectáculo visible para todos a través de las nuevas tecnologías en las que podemos desarrollar nuestro propio reality show, en el que vivimos como celebridad y jugamos con nuestra identidad.
Esta posibilidad tecnológica digital otorga una vida en la que se muestra todo. una especie de pornocracia que rige a las personas.
Pornocracia: forma de gobierno que deja a la vista la totalidad de la vida humana, robándole a la persona la intimidad de su ser y cocimiento personal. Deshumanizándola y dominándola por el poder de la adicción.
La adicción al “Like” es el gran dispositivo de la pornocracia. Refuerza la publicitación sin límites de la propia vida, premiando el auto desnudamiento y mimando la autoestima.
El “Like” dice que mi vida le gusta a otros, que mi vida es envidiada por otros. Así soy valorado a través del la gran moneda de cambio del mundo: “Like”.
Podemos apreciar con claridad que la moda, la farándula y la vida digitalizada están orientadas a proporcionar identidad, propósito y destino. Sin embargo son frivolidades propias de una sociedad adolescente.
Frívolo significa literal “quebradizo”. Algo tan frágil que carece de valor real.
La vida digital que hoy ofrece filtros embellecedores, ediciones, recortes y maquillaje digital detona en algunas personas un trastorno mental por la preocupación obsesiva por un defecto percibido en su físico. (TDC: Trastorno Dismórfico Corporal)
La invitación de Dios es dejar de construir vidas superficiales en una era de digitalización para vivir en un mundo real con una herencia gloriosa en Cristo.
Que toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Es por su gran misericordia que hemos nacido de nuevo, porque Dios levantó a Jesucristo de los muertos. Ahora vivimos con gran expectación y tenemos una herencia que no tiene precio, una herencia que está reservada en el cielo para ustedes, pura y sin mancha, que no puede cambiar ni deteriorarse. Por la fe que tienen, Dios los protege con su poder hasta que reciban esta salvación, la cual está lista para ser revelada en el día final, a fin de que todos la vean.
Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aun cuando tengan que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo. —1 Pedro 1:3-7Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes. Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo ahora que han probado la bondad del Señor. —1 Pedro 2:1-3