
En esta condición el individuo no es salvo
Romanos 8:6-8
6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 además, los que viven según la carne no pueden agradar a Dios
Apocalipsis 3:16
16 Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
El amor de Dios, amor ágape, no está en la persona
Romanos 5:5
5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.
Gálatas 5:22
22 Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe
Depende completamente del amor humano; los deseos de la carne no han sido quebrantados
Gálatas 5:16
16 Digo, pues: Vivan según el Espíritu, y no satisfagan los deseos de la carne.
El poder del pecado no ha sido quebrantado
Romanos 8:2
2 porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
La persona no ha sido fortalecida con poder «conforme a las riquezas de sugloria»
Efesios 3:16-17
16 para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder; 17 para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor,
Cristo no mora en la persona
1 Juan 3:24
24 El que obedece sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. En esto sabemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que él nos ha dado.
La persona no ha recibido poder para testificar de Cristo
Hechos 1:8
8 Pero cuando venga sobre ustedes el Espíritu Santo recibirán poder, y serán mis testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»
La persona actúa humanamente
1 Corintios 3:3
3 porque aún son gente carnal. Pues mientras haya entre ustedes celos, contiendas y divisiones, serán gente carnal y vivirán según criterios humanos.
De manera que causa rivalidades y tensiones.
Las consecuencias de ser TIBIO O CARNAL
Los cristianos a medias son peores que los infieles, porque sus palabras engañosas y su posición indecisa hacen que muchos se descarríen. El infiel muestra sus colores. El cristiano tibio engaña a las dos partes. No es un buen mundano, ni tampoco un buen cristiano. satanás lo emplea para realizar una obra que nadie puede hacer.
El peligroso formalismo
El formalismo es algo extremadamente engañoso y destructivo. Es el precipicio escondido e inesperado que ha amenazado con destruir la iglesia en muchas ocasiones a través de los siglos. Pablo nos advierte que esta “apariencia de piedad”
2 Timoteo 3:5
5que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos.
Sin el poder de Dios (sin ser llenos del Espíritu Santo) sería uno de los peligros de los últimos días y nos amonesta a no dejarnos llevar por esta actitud cómoda y engañosa.
La condición general de la iglesia
“Letargo, superficialidad, mundanalidad, falta de generosidad, ministros agotados, adolescentes abandonando la iglesia, autodisciplina débil, planes sin mucho trasfondo o resultados, una falta crónica de hombres fuertes y dedicados.
El cristiano espiritual
Experimenta la plenitud de Dios.
Efesios 3:16-21
16 para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder; 17 para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor, 18 sean ustedes plenamente capaces de comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo; 19 en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21 a él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
Los efectos del Espíritu Santo
Cuando el Espíritu Santo está en mí, produce en mi vida las obras de Cristo,
Romanos 8:2
2 porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Solamente el Espíritu Santo puede hacer realidad en mi vida las obras de Cristo.
El Espíritu Santo iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto el sacrificio de Cristo habría sido inútil… El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu Santo es purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente participe de la naturaleza divina… El poder de Dios aguarda que ellos lo pidan y lo reciban».
Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz, reemplazan a la ira, la envidia y las contiendas. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz del cielo.
El Espíritu Santo es la presencia de Cristo en nosotros
En el plan de restaurar en el hombre la imagen divina, se hizo provisión para que el Espíritu Santo influyera sobre las mentes humanas y fuera como la presencia de Cristo, un agente modelador del carácter humano.
La comunicación del Espíritu Santo era la comunicación de la vida misma de Cristo
El Espíritu Santo es la presencia vital de Dios
El Espíritu Santo nos concede el poder de Jesús
Necesitamos la energía de Pentecostés. Y esta vendrá; porque el Señor ha prometido enviar su Espíritu como poder conquistador.
Dios puede enseñaros en un momento, por su Espíritu Santo, más de lo que podríais aprender de los grandes hombres de la tierra.
La presencia del Espíritu en los obreros de Dios dará a la proclamación de la verdad un poder que todo el honor y la gloria del mundo no podrían conferirle.
El Espíritu Santo es una promesa y un don de Dios
Ezequiel 36:25-27
25 Esparciré agua limpia sobre ustedes, y ustedes quedarán limpios de todas sus impurezas, pues los limpiaré de todos sus ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo, y pondré en ustedes un Espíritu nuevo; les quitaré el corazón de piedra que ahora tienen, y les daré un corazón sensible. 27 Pondré en ustedes mi espíritu, y haré que cumplan mis estatutos, y que obedezcan y pongan en práctica mis preceptos.
El poder para el cambio sólo proviene de una Fuente
Jeremías 13:23
23 ¿Acaso pueden los etíopes cambiar de piel, o los leopardos cambiar sus manchas? ¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien, ya que están habituados a hacer el mal!
Romanos 8:7
7 Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
En la inconmensurable dádiva del Espíritu Santo se hallan contenidos todos los recursos del cielo. No es por causa de restricción alguna por parte de Dios por lo que las riquezas de su gracia no fluyen hacia la tierra, a los hombres. Si todos tuvieran la voluntad de recibir, todos serían llenados de su Espíritu.
La entrega constante es la condición para recibir al Espíritu Santo.
“Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la promesa nos pertenece a nosotros tanto como a los primeros discípulos. Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse a la promesa del Señor; hablan acerca de Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan su alma para que sea guiada y regida por los agentes divinos. No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu Santo obra Dios en su pueblo así hace su buena voluntad.
Filipenses 2:13
13 porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan para tener su dirección y gracia, se da el Espíritu. El poder de Dios aguarda que ellos lo pidan y lo reciban. Esta bendición prometida, reclamada por la fe, trae todas las demás bendiciones en su estela. Se da según las riquezas de la gracia de Cristo,
Filipenses 4:19-20
19 Así que mi Dios suplirá todo lo que les falte, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20 A nuestro Dios y Padre sea la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.