
El propósito de Dios al otorgar reyes a su pueblo Israel fue establecer su gobierno en la nación a través de ellos.
Su primer rey Saúl no lo logró. El segundo rey, David, hizo su parte dejando los cimientos para que las siguientes generaciones de reyes lograran cumplir el propósito de Dios.
Tras destituir a Saúl, puso por rey a David, de quien dio este testimonio: “He encontrado en David, hijo de Isaí, un hombre conforme a mi corazón; él hará todo lo que yo quiera”. »De los descendientes de este, conforme a la promesa, Dios ha traído a Israel un Salvador, que es Jesús. —Hechos 13:22-23
El gobierno de estos reyes apuntaba al gobierno del Rey de Reyes:
Jesucristo.
Sin embargo podemos observar que la mayoría de los Reyes que sucedieron a David no siguieron sus caminos. Se desviaron a exaltar su propia gloria. Habiendo honrosas excepciones, la mayoría no cumplió su propósito divino.
Pudiéramos dividir a los reyes del AT en dos categorías:
Los Reyes que cerraron las puertas al gobierno de Dios y los que las abrieron.
Acaz también juntó y despedazó los utensilios del Templo de Dios, cerró sus puertas e hizo construir altares en cada esquina de Jerusalén. —2 Crónicas 28:24
En el mes primero del primer año de su reinado, Ezequías mandó que se abrieran las puertas del Templo del SEÑOR y las reparó. —2 Crónicas 29:3
Consideremos primero a Acaz, quien cerró las puertas del templo
¿Que alcances tiene cerrar las puertas del templo?
1. Renunciamos al gobierno de Dios a través de su Palabra y Espíritu Santo.
2. Perdemos comunión con Dios a través de la adoración sincera
3. No existe un espacio para desarrollar el servicio al pueblo de Dios.
Hay personas, familias y comunidades que han “cerrado las puertas del templo” ¿Cuales son los síntomas que nos indican que hemos “cerrado las puertas del templo de Dios” en nuestras vidas?
- Actuamos con independencia (sin influencia de otros) y autonomía (poder en mi mismo) de la autoridad de Dios a través de su Palabra.
Acaz tenía veinte años cuando comenzó a reinar; reinó en Jerusalén dieciséis años. Pero, a diferencia de su antepasado David, Acaz no hizo lo que agrada al SEÑOR. —2 Crónicas 28:1
»Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece en mí es desechado y se seca, como las ramas que se recogen, se arrojan al fuego y se queman. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. —Juan 15:5-7
La frase “a diferencia de su antepasado David” nos indica que nuestra independencia a la autoridad de Dios inicia con una falta de sentido de legitimidad que solo puede desarrollarse a través de una sana paternidad.
“No siento que merezco”/“No soy digno”/“No he hecho nada para merecerlo” Un sentido de ilegitimidad nos impide disfrutar del gobierno amoroso de Dios.
Fui quien enseñó a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos.
Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo sanaba.
Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor.
Le quité de la cerviz el yugo y con cariño me acerqué para alimentarlo. —Oseas 11:3-4
- Nos mezclamos con las costumbres sociales de nuestra época
Así mismo, quemó incienso en el valle de Ben Hinón y sacrificó en el fuego a sus hijos, según las repugnantes ceremonias de las naciones que el SEÑOR había expulsado al paso de los israelitas. —2 Crónicas 28:3
Por lo tanto, desháganse de toda mala conducta. Acaben con todo engaño, hipocresía, celos y toda clase de comentarios hirientes. Como bebés recién nacidos, deseen con ganas la leche espiritual pura para que crezcan a una experiencia plena de la salvación. Pidan a gritos ese alimento nutritivo ahora que han probado la bondad del Señor. —1 Pedro 2:1-3
- Experimentamos derrotas constantes.
Por eso el SEÑOR su Dios lo entregó al poder del rey de Aram. Los arameos lo derrotaron y capturaron una gran cantidad de prisioneros que se llevaron a Damasco. Acaz también cayó en poder del rey de Israel, quien le infligió una gran derrota. —2 Crónicas 28:5
Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Las constantes derrotas nos amargan y endurecen nuestro corazón —Josué 7:12 (RV60)
Y a pesar de encontrarse tan presionado, el rey Acaz se empecinó en su rebelión contra el SEÑOR. Incluso ofreció sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían derrotado, pues pensó: «Como los dioses de Aram ayudan a sus reyes, también me ayudarán a mí si les ofrezco sacrificios». Pero esos dioses fueron su ruina y la de todo Israel. —2 Crónicas 28:22-23
»Sométete a Dios; ponte en paz con él y volverá a ti la prosperidad. —Job 22:21-28
Acepta la enseñanza que mana de su boca; grábate sus palabras en tu corazón. Si te vuelves al Todopoderoso y alejas de tu casa la maldad, serás del todo restaurado; si tu oro refinado lo arrojas por el suelo, entre rocas y cañadas, tendrás por oro al Todopoderoso, y será él para ti como plata refinada.
En el Todopoderoso te deleitarás; ante Dios levantarás tu rostro.
Cuando ores, él te escuchará y tú le cumplirás tus promesas.
Tendrás éxito en tus decisiones y en tus caminos brillará la luz.
4. Construimos altares de adoración en “cada esquina”
Acaz también juntó y despedazó los utensilios del Templo de Dios, cerró sus puertas e hizo construir altares en cada esquina de Jerusalén. —2 Crónicas 28:24
Si no resolvemos en nuestro corazón volver al gobierno de Dios para experimentar su presencia, salvación y bendición. Buscaremos cómo saciar nuestra angustia a través de logros, éxitos y placeres ninguno de estos pecaminosos pero no serán satisfactorios.