
Intro
¡Dios quiere que crezcamos en nuestra fe y Él quiere que nuestra fe crezca!
I. Más Que Solo Palabras
14 Hermanos míos, ¿de qué le sirve a uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe? 15 Supongamos que un hermano o una hermana no tiene con qué vestirse y carece del alimento diario, 16 y uno de ustedes le dice: «Que le vaya bien; abríguese y coma hasta saciarse», pero no le da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? 17 Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. —Santiago 2:14-17 (NVI)
- Ora – Cuando decimos “Estamos orando por ti,” ¡tenemos que orar!”
- Dar – Si creemos en la generosidad, ¡entonces tenemos que dar!
- Servir – Si hemos sido bendecidos al ser servidos, ¡entonces tenemos que servir!
II. Fe Hecha Completa
- ¡La ecuación de la fe no esta completa hasta que acción es tomada!
21 ¿No fue declarado justo nuestro padre Abraham por lo que hizo cuando ofreció sobre el altar a su hijo Isaac? 22 Ya lo ves: Su fe y sus obras actuaban conjuntamente, y su fe llegó a la perfección por las obras que hizo. 23 Así se cumplió la Escritura que dice: «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia», y fue llamado amigo de Dios. —Santiago 2:21-23 (NVI)
- ¡La vida oculta de la verdadera fe salvadora se convertirá inevitablemente en una vida manifiesta de obediencia! Cuando Abraham comenzó a realizar el sacrificio, Dios vio que había hecho la máxima entrega en su corazón. El Señor ahora sabia que Abraham era un hombre temeroso de Dios cuya principal preocupación era hacer la voluntad de Dios.
III. Obras de Amor
24 Como pueden ver, a una persona se la declara justa por las obras, y no solo por la fe. —Santiago 2:24 (NVI)
- ¡Pablo y Santiago afirman enfáticamente que la verdadera fe salvadora producirá inevitablemente obras de amor!
- AMA A DIOS – AMA A LAS PERSONAS
Cierre
15-17 “Si me aman, demuéstrenlo haciendo lo que les he dicho. Yo hablare con el Padre, y él les proveerá otro Amigo para que siempre tengan a alguien con ustedes. Este Amigo es Espíritu de Verdad. El mundo impío no puede aceptarlo porque no tiene ojos para verlo, no sabe qué buscar. ¡Pero ustedes sí lo conocen porque se ha quedado con ustedes y hasta estará en ustedes!—Juan 14:15-17 (MSG)